“En los inicios de la transición española, se constituyeron los primeros ayuntamientos democráticos. Se inició con ellos una labor de creación de infraestructuras inexistentes; otra labor importante fue la recuperación de un cierto concepto de cultura popular. Tarragona no fue una excepción en este aspecto. Uno de los elementos de esta recuperación pasó por el Carnaval. El año 1981 se realizó una revetlla; fue para el 1982 cuando se inició realmente la fiesta.

El que esto escribe, formado en historia y antropología, recibió el encargo de intentar realizar un esquema para la fiesta. El Carnaval no era una fiesta de gran tradición en la ciudad, seguramente en ello influía el ser sede eclesiástica y a la vez militar. Por ello más que partir de unas bases tradicionales débiles, se decidió plantear un concepto de Carnaval tradicional y urbano mediterráneo.

Para ello se partió como modelo de la obra fundamental de Julio Caro Baroja El Carnaval. Un esquema que se basaba en la personificación del Carnaval en un rey y una estructura de llegada (con una rua), un corto reinado con actos específicos, un juicio y condena y su muerte ante la llegada de la Cuaresma (dimecres de cendra). Se introdujó también el acto de la Guerra de la Farina (inspirada en los enfarinats de Ibi, Alicante, del 28 de diciembre) y realizada en el periodo de reinado del Rey Carnestoltes…

Y así se llegó al actual Carnaval, que para algunos ya celebraban así los antiguos pobladores de Tárraco…”

Text: Fausto Sánchez-Cascado
Imatge: 1984, autor desconegut